¿Pueden las marcas reemplazar a las mamás?

 ¿Pueden las marcas reemplazar a las mamás?

Algunos servicios disponibles en el mercado están para entretener; otros, para ayudar a organizar; y otros, simplemente para hacer la vida más fácil. Tanto que pueden llegar a llenar un espacio, cumpliendo los roles de quienes nos rodean, como los de las mamás.

Pero para saber cómo facilitar las rutinas diarias a los usuarios, las marcas deben entender primero qué es lo que nos hace falta, comprender nuestras necesidades e incluso, la forma en la que nos relacionamos.

Así nacen las llamadas «mamá apps» y los «productos y servicios que sustituyen a las madres», esos capaces de hacer por nosotros lo que nuestras mamás suelen hacer: desde lavarnos la ropa, hasta ayudarnos a limpiar el desorden. De esta manera, las marcas ofrecen servicios clave, logrando un mayor engagement con el consumidor.

Dentro de esta categoría encaja Washrocks, que funciona en España, y recoge en la casa de sus usuarios su ropa sucia para luego devolverla limpia y fresca. El servicio está al alcance de un click gracias a una app.

Otro ejemplo es Homejoy, una startup de San Francisco que lleva a la puerta de la casa, a personas que recogen el desorden y limpian tu cuarto por ti. Algo parecido ofrece Kitchit, un servicio de chef a domicilio.

Incluso algunos servicios más conocidos como Uber, encajan en esta categoría, ya que llegan a satisfacer una necesidad que muchas veces cubren las madres. En lugar de pedirle a tu mamá que te lleve al mall, puedes ordenar un carro que te recoja en tu casa.

¿Has usado algún servicio o producto de este tipo?

Thalie Ponce

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